miércoles, 26 de octubre de 2011

"Otra completa lástima" (Ensayo 4º "Claves del Pensamiento Actual")

          
         Es triste ver cómo algo muy importante para muchos se ve trivializado y banalizado por tantos otros, se automatiza y animaliza, se pervierte y se envilece, se prostituye.  Más triste es ver y palpar la decadencia de la razón, la voluntad y el amor propio, la levedad de los ideales y la incisiva contundencia de lo momentáneo.  A estas alturas de nuestras vidas estamos más que acostumbrados a ver, en los demás o en nosotros mismos, la sumisión de la decencia y la virtud a impulsos desprovistos de sentimientos que únicamente obedecen a lo más básico de nuestro ser, a lo más superficial y lo más inmediato.  


           Vivimos en una sociedad sobresexualizada, anuncios publicitarios o tendencias con gran carga erótica se convierten en el menor de los problemas, el principal problema se asemeja a la mentalidad “abierta” que se instaura en cada joven, apertura de mente que repudia la castidad, la virginidad y la contención de los impulsos, una apertura de mente tan amplia que abre la puerta a la degradación, el arrepentimiento y la devaluación del sexo.  Ese es el problema, la pérdida de valor del acto sexual, el “todo vale”, el no necesitar un criterio inmutable para entregarse, no sólo no necesitarlo, sino llegar a inventarlo.  Unos dirán que Troya cayó por amor, mientras que otros dirán que cayó por lujuria.  Son dos visiones y una tiene más razón que otra.


          Siempre he pensado una cosa, quizás sea un poco absurdo, pero estoy completamente convencido: cada uno de nosotros nacemos con un “valor” (lógicamente, con similar dignidad), unos valen X y otros Y, más o menos, dependiendo de los méritos, las actuaciones y las decisiones.  Ese “precio” se aumenta o rebaja, según actuemos bien o mal, nos hacemos un hueco en el Mercado de Valores o lo perdemos.  Es lamentable ver cómo, día a día, personas con un valor incalculable se entregan o voluntariamente se deprecian o devalúan entregándose por menos de lo que deberían recibir a cambio.  Podría ser inmoral, pero, ya que estoy economizando la transacción, por lo menos sería  un muy mal negocio, sobre todo si el principal motivo de dicho negocio es un comportamiento irracional y completamente turbulento. Siguiendo con el ejemplo, mediando amor real o ilusión del mismo, un mal negocio, que en la práctica sería una entrega desinteresada, podría intentar justificarse con esa premisa.  Pero la entrega interesada, pues así concibo a una entrega carente de amor, no encontraría, según mi absurda teoría, justificación alguna, salvo el reconocimiento de la pérdida de valor por arriesgar y operar con valores inseguros, y sí, inmorales.


          Pero qué difícil es remar a contracorriente teniendo la sociedad que tenemos sobre nosotros, que en cierto modo, intenta adoctrinar para que en el consenso y consentimiento generalizado podamos todos acceder a goces propios del amor y adaptarlo al terreno de lo práctico, lo apetecible y lo lascivo, y sí, repito, lo inmoral. Lo que unos llaman “castidad, celibato o virginidad”, otros lo llaman “represión sexual u opresión de nuestro propio desarrollo”. Lo que unos denominan “espera” otros lo califican de “tortura”, lo que unos legítimamente llaman “elección o decisión” otros lo banalizan como “manipulación”. Qué pena que todo ocurra por no saber dominarnos, por ser débiles y no tener criterio, por no saber lo que queremos. Obrando mal, perdemos valor, nosotros y quien creemos querer, no pensamos en el mañana ni en el final, solo queremos aprovechar el ahora y el momento. “Todo es el momento” podría decirse, pero, en realidad, “todo” lo será en el futuro, la durabilidad, la familia, la autenticidad y la reiteración de los sentimientos. Sería una dulce ambición que cada persona fuera lo bastante valiente para entregarse solamente a la persona que la merezca y poner al tiempo y a la mesura como árbitros y testigos de dicho merecimiento, es decir, aguardar y asegurarse mientras dure el noviazgo. Si por la razón que fuera, te precipitaste en relaciones anteriores y te percatas del daño que provocaste y también sufriste como consecuencia de conseguir lo que querías, la redención, o vuelta atrás, consiste en saber cambiar, en poner los medios para no caer más, hasta el día que lo merezcas dando a cambio un amor verdadero y no un reflejo de algo que fingiste.


          Aparte del cariz duradero que se le quiera otorgar a una relación, basada en algún sentimiento o solo en temática sexual, es importante distinguir a las personas que lo conforman. Hoy en día podemos ver de todo, personas apasionadas y entregadas desinteresadamente de la forma más sincera, y personas manipuladoras, aprovechadas y maliciosas, que no dudan en aprender los métodos más casanovescos y viles para competir con la histórica sombra del Marqués de Sade, Casanova o Da Ponte. Hoy en día, podemos comprobar cómo el libertino y pícaro “Don Giovanni” se instaura en la mentalidad de todo joven carente de sentimientos verdaderos o criterio ético, siendo el sexo la actividad favorita de triunfantes acaparadores y embaucadores que no dudan en adueñarse de bienes paradisíacos ajenos.


          No resulta extraño comprender los motivos que impulsan a semejante mentalidad, ya que la poderosa tentación sexual puede llegar a estar omnipresente, pero en esta materia sería necesario cambiar el significado de “conquista” por el verbo “sucumbir”, ya que es equivalente el entrecomillado mérito a la debilidad de la cual se hace gala. De ahí, la importancia de marcar la existencia de un amor sincero, auténtico y demostrable como criterio de entrega sexual a la persona a la que se ame. Es importante saber decidir cómo y por qué sucumbir o entregarse ya que dicha decisión constata una gran parte de nuestra historia y personalidad. Es innegable que dentro de una entrega sexual también va implícita cierta entrega de nuestro ser, entregamos nuestra voluntad y lo hacemos por amor, es lo que da sentido a la entrega y la legitima. Entregarte a ti mismo, tu voluntad y todo tu ser a cambio de puro placer animalizado, es sexualizar una entrega que es más moral y espiritual que física, si lo contemplamos con los ojos de quien cree que el amor es la puerta principal del sexo y no una ventana más. Optar por lo fácil, no esperar, sino ansiarlo sin merecerlo, sería, en conclusión, otra completa lástima.

martes, 25 de octubre de 2011

"Bahman Ghobadi: icono de la 3ª Generación de la Nueva Ola de Cine Iraní" o "Subgénero protesta: Derechos Humanos Pt.1"


                             
       
         Tenía pensado escribir un poco sobre Bahman Ghobadi, director kurdo-iraní ("Half Moon", "Las Tortugas También Vuelan" y la notable "Nadie Sabe Nada de Gatos Persas"), perseguido y censurado por el régimen pseudo-democrático de Ahmadineyad. Crítico con la inexistencia de derechos humanos en Irán, sobre todo la falta de libertad de expresión y de reunión ("Nadie Sabe Nada de Gatos Persas"), y con la situación de los refugiados kurdos en el Irak anterior a la intervención norteamericana. Muy realista, crudo, desagradable, poco sutil, poco preocupado por depurar la técnica, apenas hace hincapié en un par de encuadres y el resto lo deja al azar, pero, si es algo, es auténtico, bocazas e irrefrenable. No se calla, y, al menos por esta vez, eso es algo muy bueno, más aún teniendo en contra todo un gobierno arbitrario y cerrado en banda a la occidentalización de su cultura. 


          Aprendiz de Abbas Kiarostami ("A Través de los Olivos", "El Sabor de las Cerezas" y "El Viento Nos Llevará" entre otras), es considerado fiel seguidor de la "Iranian Cinema New Wave", movimiento que surgió, sobretodo de la mano de Kiarostami y Jafar Panahi (segunda generación de la nueva ola), en un principio a modo de alabanza a las "mejoras" políticas  e ideológicas que se dieron en el país tras la Revolución Islámica de 1979. Comprensible la supuesta "venta" de las primeras generaciones de cineastas iraníes, ya que, a diferencia (al menos en apariencia) de la situación actual, la política interna era mucho más estricta y las amenazas institucionales y religiosas estaban a la orden del día en materia de censura en toda expresión artística que distara del fundamentalismo existente.

Fotograma de "Las Tortugas También Vuelan"

          De Bahman Ghobadi, me centraré solo en una película (ya hablaré más adelante de "Nadie Sabe Nada de Gatos Persas", 2009 ), "Las Tortugas También Vuelan", una de las películas más fuertes y desgarradoras que he visto en mucho tiempo, un puñetazo que dura 95 minutos. Trata sobre la precaria situación de los refugiados kurdos en la víspera de la intervención norteamericana en Irak. La acción transcurre en un pequeño campo de refugiados, completamente incomunicado e ignorante de la próxima intervención militar, donde los niños ni juegan ni ríen, recogen minas antipersona, no tienen juguetes, tienen manos, y las amputaciones a causa de explosiones se suceden día tras día. La crítica se rindió ante esta película, además de constatar el interés humanitario de Ghobadi. Pero éste no dejó de recordar a los espectadores que asistirían a una película tan cruda como la realidad que sufren día a día los niños kurdos. Es una muestra perfecta de la situación de precariedad, más política que humanitaria, en las que vivían los kurdos durante la dictadura de Saddam, pero la crítica del director también llega a Europa y Estados Unidos. En palabras de Ghobadi: "en mi película el trabajo de los niños consiste en encontrar minas antipersona para después venderlas porque, desde que se inventaron, Kurdistán ha sido y sigue siendo uno de los países más afectados por ellas. Los fabricantes norteamericanos y europeos se las vendieron a dictadores como Saddam u otros que las diseminaron por todo el país. Creo que llevará mucho tiempo retirarlas. Cada día, cada hora, hay personas inocentes que mueren o quedan mutiladas por ellas. Incluso hay familias en el Kurdistán que ponen el nombre de Mina a sus hijos recién nacidos"Este director, una vez tras otra, ha demostrado un gran interés por los Derechos Humanos y las vulneraciones que sufren en su país, dejando patente la moda,  más independiente que comercial, del subgénero protesta o de derechos humanos.
 
        Aquí dejo la escena final de la película, no creo que haga falta haberla visto entera (aunque sería lo ideal) para comprender lo que ocurre y, efectivamente, encontrar el matiz duro, patético e impactante de la película.


Puntuación FilmAffinity:  7.7  ("Las Tortugas También Vuelan")
Puntuación mía:  8.0


lunes, 24 de octubre de 2011

"Clint Mansell, ese genio moderno" o "La importancia de una buena banda sonora"


          Quizás sepáis quién es Darren Aronofsky, si no le conocéis, seguro que conoceréis su obra cinematográfica. Para mi es, sin duda alguna, uno de los directores más en forma en la actualidad, desde su primera película ("Pi, fe en el caos" 1998) no ha hecho más que mejorar y pulir su técnica visceral, rápida, impactante y agresiva. Se ha ido perfilando como uno de los grandes retratistas de la obsesión y la paranoia, a su obra me remito. Desconocedor del cine fácil y el guión típico, sus películas buscan ser mero espejo de los pensamientos, sentimientos, miedos y ambiciones de personajes atípicos que siempre acaban mal. En 2000, filmó "Réquiem por un Sueño", sin ninguna duda, una de las películas con nombre propio de la pasada década, un auténtico salto de calidad en dos años, una dirección modernista y rápida, muy editada y montada, en contraste con la temática de las drogas (divididas, según mi opinión, en ilegales y socialmente aceptadas) y la paranoia que puede crear en las personas, por necesidad o por ambiciones obsesivas. "Réquiem por un Sueño" solo tuvo una nominación a los Oscar's, mejor actriz principal (Ellen Burstyn), siendo incomprensible que no fuera nominada la banda sonora de Clint Mansell, cuya melodía principal, que aparecen en varias canciones, ha sido utilizada en decenas de anuncios televisivos y tráilers cinematográficos. Aquí os dejo la canción "Lux Aeterna", seguro que la habréis escuchado muchas veces sin saber de quién o de que película era.

                                         


          En 2006 filmó "La Fuente de la Vida" (vapuleada por la crítica) con Rachel Weisz y Hugh Hackman, película quizás más calmada, más convencional en la dirección, pero con una fotografía brillante y más mística, donde la banda sonora tendría una gran importancia como forma de sensibilizar al espectador y embellecer el argumento. La banda sonora, obra, como siempre, de Clint Mansell, es increíble, pierde influencias de lo electrónico y se centra más en el post-rock orquestado (colaboración de Mogwai), se centra más en lo melódico, con un cuarteto de cuerdas (Kronos Quartet) como intérpretes de la mayoría de las piezas. Clint Mansell se ha erigido como uno de los más grandes compositores actuales, en la actualidad inferior únicamente a los grandes como Desplat (quién le arrebató el Globo de Oro en 2006), Zimmer, Shore o Murphy. Tras "La Fuente de la Vida", Aronofsky solo ha dirigido dos películas más, ambas con pasajera resonancia en los Oscar, "El Luchador" y "Cisne Negro", de idéntica crudeza (obsesión y paranoia de los protagonistas dentro de un mundo temático concreto: matemáticas, drogas, medicina y ahora wrestling y ballet), ambas con Clint Mansell como compositor. Os dejo a continuación la canción "Death Is The Road To Awe" de "La Fuente de la Vida", con la que el compositor optó al Globo de Oro. Es impresionante, y se puede apreciar muy fácilmente la influencia del post-rock al final de la canción, la interpretación del Kronos Quartet es impecable y transmite mucho misticismo a la película, ya de por sí extraña.
  
                                        

         En conclusión, si bien Aronofsky es uno de los mejores directores de cine en la actualidad, cuya mejora hasta ahora está siendo progresiva y cada vez con más calado en el mundo del cine y nominaciones en grandes certámenes, Clint Mansell deberá optar a los Oscar de la mano de Aronofsky, ya que los argumentos de sus películas son un gran telón de fondo para el talento de Mansell. Son una pareja de gran calidad y es una lástima que, si bien sus películas serán sin ninguna duda películas de culto en el futuro, su dualidad no esté más reconocida a nivel de crítica y taquilla, ya sea por la incomprensión que genera en el espectador medio o por la impresión aberrante que muchos sacan de sus películas. Para acabar, os dejo otra canción, interpretada completamente por piano, más convencional y sin toques del post rock ni de la percusión.

 
                                      



"Rapsodia Húngara Nº 2" de Franz Listz, por Marc-André Hamelin y Lang Lang

         
         Porque no sólo fue uno de los mejores pianistas de todos los tiempos, Franz Listz fue un grandísimo compositor, tanto para piano como versiones orquestales. Sus "Rapsodias Húngaras" son piezas de loable belleza, difíciles, enrevesadas, pero bellísimas. Sus tres grandes sinfonías (Margarita, Fausto y Mefistófeles) así como su "Danse Macabre" son unas de las mejores obras del genio húngaro y patriarca de la "Nueva Escuela Alemana", que influiría notablemente en sus coetáneos y en los músicos de comienzos del siglo XX. Con Listz la superioridad musical germana se constató como una realidad presente, además ayudó incisivamente a secundar las ideas nacionalistas, teniendo en cuenta la importancia de la música en el Imperio Austríaco. Listz es, sin duda, uno de los grandes representantes del Romanticismo y un adelantado a su época.


         Aquí os dejo una versión de la "Rapsodia Húngara Nº 2", mi favorita junto a la "Sinfonía Mefistófeles", interpretada por Marc-André Hamelin, posiblemente uno de los mejores pianistas canadienses de la historia. Después, la versión ligeramente modernizada de Lang Lang, actualmente el mejor pianista del mundo para muchos.








"Float" de Flogging Molly

          

         Porque cada día se integran mejor el folk céltico y el punk irlandés. Porque "Flogging Molly" es, junto a "Dropkick Murphys", el mejor grupo de "celtic & folk punk", género caracterizado por melodías folclóricas interpretados por violín y acordeón, con la particularidad más americana que irlandesa de incorporar banjos en las melodías, así como líricas o voces más tendentes al punk. No es que me atraiga especialmente, pero es de apreciar el equilibrio que se logra entre algo meramente instrumental y la incorporación de un cuerpo musical más amplio y armónico, como fusión "bostoniana-irlandesa" de dos géneros en aparente fricción, como podría ser el uso de violines y melodías folclóricas y el aparente desorden y caos del punk.
                                    

jueves, 20 de octubre de 2011

"Ein Deutsches Requiem, 2º Mov." de Johannes Brahms


        
         Porque todos conocemos el inacabado Réquiem de Mozart, porque nadie duda de la pureza de la Lacrimosa, de su superioridad frente a otras partituras, frente a cualquier otra obra de arte de la historia. Pero es a la sombra del más grande réquiem escrito donde nos olvidamos del "Réquiem Alemán" del romántico Johannes Brahms, más contundente y alejado de la tradición católica, lo cual suponía toda una novedad. En este vídeo encontramos la pieza bajo la batuta de Herbert Von Karajan, el más famoso y seguramente el mejor director de orquesta de la historia, característico por su inflexibilidad y ansía de precisión. Por favor, no dejéis de ver este vídeo, se trata del segundo movimiento de la obra, mi favorito, pero el resto de la obra es de igual pureza estética. Os robará 8 minutos de vuestros quehaceres, pero os regalará 8 minutos de auténtica belleza.

"Má Vlast" de Bedřich Smetana

  

          Porque es, por antonomasia, una de las grandes joyas de la música clásica. Porque Smetana crea el mayor homenaje posible a Bohemia con estos poemas sinfónicos sobre su tierra. Porque Smetana se convierte en digno continuador de la labor de Liszt al ensalzar las maravillas de los territorios pertenecientes al antiguo Imperio Austríaco por medio del poema sinfónico, caracterizado por un nacionalismo más estético que político, sin perder el cariz independentista que imperaba en su producción artística. "Má Vlast" (My Fatherland) describe a base de escalas, crescendos y pizzcatos, la geografía y fluviografía de la bohemia checa y es, sin duda, una de las obras más descriptivas y poéticas de la historia de la Música. Increíble la belleza que suscita el dúo de flautas al comienzo y el pizzcato de las cuerdas, sin lugar a dudas, es una maravilla digna de ser escuchada con atención.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Pura determinación

-¿Tenéis algo que alegar?
-Sí, ya que el tribunal ha determinado condenarme. Dios sabe cómo estoy dispuesto a descubrir mi pensamiento sobre la nueva ley y el título de su majestad. Dicho título está basado en un acta del parlamento que repugna en esencia e integridad a la ley de Dios y a la santa Iglesia cuyo supremo gobierno ninguna persona temporal por muchas leyes que dicte puede asumir. Ese gobierno fue dado por boca de nuestro salvador Jesucristo a san Pedro y a los obispos de Roma mientras vivía y estaba personalmente presente aquí en la tierra. Es, por tanto, insuficiente una ley que obligue a los cristianos a desobedecerle. Y más aún, la inmunidad de la Iglesia está prometida tanto en la Carta Magna como en el Juramento de coronación del Rey.
-Ahora vemos claramente vuestra malicia.
-No señor. Yo soy fiel súbdito del rey y pido por él y por el reino. No hago daño a nadie, ni hablo mal, ni pienso mal, y si esto no es suficiente para dejar a un hombre con vida, entonces no deseo vivir. ¡Sí, no es por esa supremacía por lo que me quitáis la vida, sino porque no me inclino ante ese matrimonio!



 "Un Hombre para la Eternidad" (Fred Zinnemann, 1966)
                                                                        

Temprana sinceridad

          


          "Ella solo te romperá el corazón. Es un hecho. E incluso aunque te prevenga, aunque te garantice que ella solo te lastimará, horriblemente, tú la perseguirás... ¿No es maravilloso el amor?"




 "Grandes Esperanzas" (Alfonso Cuarón, 1998, adaptación Charles Dickens)

Escenas: Intro y Duran, Duran ("Layer Cake") (o sobre óperas primas Nº 1)



                               
          Porque, siguiendo la estela de su amigo Guy Ritchie, Matthew Vaughn pasó de la colaboración a la dirección en 2004 con "Layer Cake", una interesantísima "ópera prima", con gran influencia por la originalidad en la dirección y el montaje de Ritchie, así como sus característicos enredos argumentales (obra de la dupla Ritchie-Vaughn). Ritchie fue el artífice de que Londres fuera considerada también una ciudad de gángsters gracias a "Lock, Stock And Two Smoking Barrels" y "Snatch", no obstante, el primero en encontrar la madurez y su estilo propio fue Vaughn. Las dos películas más representativas de Ritchie, a excepción de "RocknRolla" (la que considero que es su obra de madurez), contienen un guión milimétricamente cuidado, una dirección original y muy novedosa, no obstante, tanto en los personajes, como en el diálogo, como en los escenarios muestra una completa falta de elegancia y refinamiento. Por decirlo de alguna manera, es "cutre", resalta los bajos fondos londinenses de forma más cómica que realista.


          Lo contrario ocurre con "Laker Cake", misma forma de dirigir, enfoque muy proporcional, originalidad a raudales, sin embargo, parte de la base de crear un ambiente de elegancia y distinción, sin bromas, completamente serio. Si bien Ritchie busca crear situaciones controvertidas y cómicas, sin depurar visualmente sus películas, Vaughn hará lo contrario, su obra es más formal y se encuentra completamente depurada. El casting de personajes es acertadísimo, Sir Michael Gambon muestra su presencia quasidivina en un papel que le viene genial, hombre de negocios de dudosa moralidad, distinguido, y sutilmente peligroso. Daniel Craig va mostrando sus tablas y lo bien que le queda el traje antes de su asignación como sustituto de Pierce Brosnan como Agente 007.



          Es realmente buena, dinámica, entretenida, digna de verse. El estreno de Vaughn con las cámaras es inmejorable, es todo un ejercicio de síntesis de lo que aprendió con Ritchie adaptándolo al cine negro moderno y prescindiendo de su característico humor irónico.

martes, 11 de octubre de 2011

"Mucho ruido y pocas nueces" (Ensayo 3º "Claves del Pensamiento Actual")

       
           Lo bueno de las personas es que, de vez en cuando, tienen personalidad, son distintas, o al menos eso parece. Personalidad aparte, fuerza de voluntad o animadversión a la exclusión social,  hay otra cosa buena de las personas, el poder de elección, escoger según crean conveniente. No obstante, una elección coherente y propia debe partir desde la personalidad individual, desde el interior de cada persona y no desde el primer párrafo de un dictado social. Una hipotética ecuación de la libertad de las decisiones daría siempre mal resultado si integra una personalidad débil, nula o inexistente, no sería una decisión, sería ciega obediencia. Sin embargo, hablando en general y prescindiendo de circunstancias que excedan de lo común, todos tenemos nuestras peculiaridades, por no llamarlas virtudes o defectos,  unas conocidas por quienes nos rodean, otras desconocidas para todos salvo para nosotros mismos. Aunque parezca un tópico, es difícil pensar en alguien sin personalidad, o con una personalidad vegetativa y vacía, o al menos, que tenga el déficit de interioridad que demuestra frecuentemente. Muchas veces, y siendo injustos con las personas, es legítimo dudar de la humanidad y del valor de alguien que, al menos de puertas hacia dentro, no sea un poco filósofa o humanista, que viva en su voluntario mundo a medida confeccionado con el desinterés, la ignorancia, el egoísmo y la reticencia hacia lo que suponga algún esfuerzo.


          No obstante, es necesario atender a nuestra historia propia, a nuestro desarrollo desde niños, no se nos puede exigir ser de una forma que nunca aprendimos. Por ello, muchos de los estilos de vida, son heredados, seguidos o imitados, ya sean, en mi opinión, mejores o peores. En estos casos es difícil percibir la existencia de cierta voluntariedad o, por otro lado, de conformismo. La actitud que diferencia la voluntariedad y el conformismo determina la personalidad, las ansias de mejorar y la coherencia con la forma de vida que se desea seguir. Y es, precisamente, seguir con coherencia aquello a lo que se incline nuestra personalidad la forma de vida que debemos llevar. La personalidad y el temperamento puede ubicarnos en un mundo lleno de productos, matices y posibilidades, puede ayudarnos a encontrar nuestro sitio, si es encontrar un sitio lo que buscamos o necesitamos. Puede ayudarnos a auto-enmarcarnos en una obra de arte colectiva que, según los críticos, podrá ser bellísima o de dudosa calidad. Entiendo que la personalidad también sabe guiarnos hacia aquello que más nos llame la atención o más nos guste, y poco a poco, presuponiendo siempre la libertad de elección, adopte el estilo de vida más acorde. No se trata de ponderar entre estilos de vida, aunque piense que unos son mucho mejores que otros, se trataría de una misión arriesgada ya que, doy por hecho que todos tenemos pretensiones y pasiones, superpoderes varios, gustos determinados y predisposiciones preconcebidas, y la suma de todos ellos justifica, con mayor o menor efectividad, la práctica de un estilo de vida concreto.


          Lo más importante de cada estilo de vida es su finalidad, lo que busca y persigue. Igualmente, es importante saber analizar el origen de cada estilo de vida, por ejemplo, aquellos que se guían por estímulos materiales, sociales, musicales, filosóficos… Es una forma de otorgar la seriedad y la consideración que merece cada estilo de vida, de modo que resulte recomendable o reprobable. Si atendemos a la intención de  “Ciudadano Kane”, Welles trata de ridiculizar la vida de Hearst, sobre todo en lo referente a su afán por coleccionar obras de arte aún en momentos de penuria económica. Welles reivindica el consumismo cultural de Hearst, almacenar arte por el simple hecho de poseer una gran colección. Pero más humanística me resulta la intención de Hearst, almacenar arte y poseer belleza, contemplarla y admirarla, ya que contemplar, en cierto sentido, es mirar con amor. Contemplar la belleza es una gran finalidad para un estilo de vida, según creo, la mejor posible.
      

          Por ejemplo, actualmente existe cierta animadversión reivindicativa hacia el consumismo, frecuentemente estamos en posición de defensa permanente frente a las fuerzas materialistas que restan importancia a la dignidad y a la dimensión humana. Es un estilo de vida, aquel que busca paliar los estragos del consumismo, tiene su fundamento (más humanidad y menos materialismo), su argumento básico (provecho y enriquecimiento inmoral, esclavitud psicosocial), sin embargo, su práctica y argumento particular es ilimitado, desde los que rechazan toda marca comercial, hasta los que hablan desde el calor de las marcas que critican. Con esto hablo del declive de un estilo de vida, la hipocresía genérica que puede contener los diferentes niveles de coherencia a la hora de practicar aquello que se predica. Este ejemplo, que creo que define lo que podría ser considerado como la crítica al consumismo, demuestra la pretensión de un estilo de vida y como puede luego, ser interpretado de forma distinta por cada persona, dependiente de la posición, tanto dentro como fuera, más acorde con sus ideas propias. La acepción “estilo de vida” ha ido perdiendo paulatinamente significado y gravedad, si bien podía agrupar a una serie de individuos con finalidad y objetivos comunes, hoy en día ni siquiera se necesita un objetivo ulterior que lo justifique. Hoy día basta con la mera actividad, sin rumbo fijo, solo actuar, de forma automática y mecanizada, “estilo de vida” ha dado paso a “moda”, el trasfondo se ha quedado en la apariencia, lo que en un principio apuntaba maneras no supo dar más de sí, se quedó en lo superficial, “mucho ruido y pocas nueces”.

domingo, 9 de octubre de 2011

Modernizando a los Grandes


                           

          Porque es una escena delicada, sutil, "mona", tierna e inocente. Porque él sabe que su vida y su obra girará en torno a ella, tratará de conseguirla, a sabiendas de que esa pretensión destruirá su vida diaria. Alfonso Cuarón dirigió en 1998 esta adaptación modernizada de "Grandes Esperanzas" de Charles Dickens. La crítica reprobó su exceso de modernismo (cámara rápida, falta de convencionalismo, sobre-sexualización de la relación entre los personajes, semejanza de Estella con el prototipo de la "femme fatale"), pero es, precisamente, la modernización y el anacronismo audiovisual, el principal ardid de la adaptación cinematográfica de un teatro o una novela victoriana. Esta pequeña escena es una anomalía fílmica de lo que será el resto de la película, diferenciando en dos tiempos la inocencia y el dulce desinterés de la infancia alegremente enamoradiza y la triste madurez, esa madurez que con el tiempo pone a cada uno lejos del otro, creando una situación dolorosa de incomprensible indiferencia. Es esta escena donde Cuarón decide volcar toda la emoción: zoom progresivo, zoom de retroceso, caras angelicales, precisión con los detalles, gran uso de la luz, primeros planos, gran belleza expresiva, toda la escena gira en torno a un elemento decorativo y que da sentido a la misma. 


          Como ya pudimos ver en "Romeo + Julieta" de Baz Luhrmann, el anacronismo o modernismo puede resultar estimulante, sobretodo cuando la estela de las adaptaciones se basan siempre en mantener el tiempo y el estilo original de la novela o del teatro. Tras una larga selección de adaptaciones shakesperianas, donde destaca la obra de Franco Zeffirelli, Luhrmann opta por renovar el interés por Shakespeare transportándolo a otra época, otras influencias sociales que privarán a los amantes de la tranquilidad que desean. Muy característico es el hecho de que el libreto se mantenga intacto, creando una paradoja muy interesante al ver a personajes básicamente contemporáneos recitar con el lenguaje de la época victoriana, asimismo, muchos convencionalismos sociales que hoy en día han caído en el olvido, mantienen presente el código protocolario y de rigor que regían las relaciones personales y sociales en tiempos de su concepción literaria. De este modo, se diferenciarían tres tipos de adaptación: la adaptación al uso, la más frecuente, de forma que la época se mantiene invariable, la adaptación moderna, en la cual la acción de la obra literaria se transporta a otra época posterior pudiéndose respetar el libreto o adaptarlo al lenguaje actual ("Hamlet" de Kenneth Branagh, "10 Cosas que Odio de Ti" adaptación modernista de "La Fierecilla Domada" de W. Shakespeare), y por último, la adaptación anacrónica, la más original y difícil de aceptar, en la que la acción se centra en una época concreta añadiendo elementos contemporáneos que pueden resultar inadmisibles para los cinéfilos más correctos y conservadores, así como optar por una edición del filme menos convencional y más dinámica.


          Una escena que puede demostrar con gran precisión la llamada adaptación anacrónica es el "Baile de St. Vitu" de la película "A Knight's Tale" de Brian Helgeland. Época medieval, rigidez en los movimientos de baile, poca soltura ya que los bailes son colectivos y forman parte del protocolo más que de algo propio y personal. Empieza con una tarantela italiana, música de índole medieval, melodía sencilla y repetitiva, de repente comienza a sonar "Golden Years" del camaleónico David Bowie, los bailarines empiezan a soltarse, ven disminuida la presión social sobre sus movimientos y se desembarazan de ellos. El resultado es un anacronismo total, es completamente impensable que una escena así se pudiera dar en esa época, el glam pop no existía y a Bowie le faltarían siglos para nacer. Es imposible, irreal, falso, absurdo, pero original, bello y completamente maravilloso.

                                                

lunes, 3 de octubre de 2011

"Mr. Nobody", 10 razones por las que la deberías ver

   
     

                                          
1. Porque se nota la originalidad europea frente al consumismo audiovisual masivo americano.
2. Porque la banda sonora sobrecoge, porque la fotografía es bella, elegante, sobria y sutil.
3. Porque el argumento es innovador, enrevesado, pero único.
4. Porque es una película sobre la vida, las decisiones, la ciencia de lo invisible y el dolor de la pérdida, la soledad, pero sobre todo, del Amor, de la dificultad de elegir, de la sinceridad del Amor en plural.
5. Porque te hace creer que puedas querer tanto a alguien.
6. Porque la dirección es increíble, refinada, distinguida.
7. Porque la edición es simplemente maravillosa.
8. Porque la película se rige por cánones de belleza, belleza audiovisual, a caballo entre la mejor fotografía con preferencia por los colores pastel y lo vintage, y la música de Van Dormael, nacida del Jazz, reconducida a la melancolía o quizás a la alegría.
9. Porque es un tipo de cine que busca rozar la perfección técnica, que sabe llegar, que sabe obligarte a admirar la belleza que muestra, que puede adquirir el apellido de "Audiovisual" por derecho propio, ya que sabe erigirse como un transportador de sentimientos y sensaciones casi perfecto, nada se supedita a nada, literatura, fotografía y música se dan la mano.
10. Porque "Las Vidas Posibles de Mr. Nobody" será siempre una de mis películas favoritas.


Es pura pasión y melancolía. Película nostálgica como ella sola, sutil y elegante, alegre y vintage en ocasiones, triste y derrotista en otras. Puro cine, pura música y pura fotografía, pero, sobre todo, puro Arte.