Porque no sólo fue uno de los mejores pianistas de todos los tiempos, Franz Listz fue un grandísimo compositor, tanto para piano como versiones orquestales. Sus "Rapsodias Húngaras" son piezas de loable belleza, difíciles, enrevesadas, pero bellísimas. Sus tres grandes sinfonías (Margarita, Fausto y Mefistófeles) así como su "Danse Macabre" son unas de las mejores obras del genio húngaro y patriarca de la "Nueva Escuela Alemana", que influiría notablemente en sus coetáneos y en los músicos de comienzos del siglo XX. Con Listz la superioridad musical germana se constató como una realidad presente, además ayudó incisivamente a secundar las ideas nacionalistas, teniendo en cuenta la importancia de la música en el Imperio Austríaco. Listz es, sin duda, uno de los grandes representantes del Romanticismo y un adelantado a su época.
Aquí os dejo una versión de la "Rapsodia Húngara Nº 2", mi favorita junto a la "Sinfonía Mefistófeles", interpretada por Marc-André Hamelin, posiblemente uno de los mejores pianistas canadienses de la historia. Después, la versión ligeramente modernizada de Lang Lang, actualmente el mejor pianista del mundo para muchos.
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